domingo, 13 de noviembre de 2016

DIY: nuestra cesta de otoño

Hace unos días que el frío ha llegado a nuestros hogares y con él, definitivamente el otoño se instala entre nosotros. Esta estación nos trae cosas muy interesantes y divertidas: las hojas secas, las setas, las castañas, las granadas... El otoño nos abre una gran posibilidad de experimentación, es por eso, que junto a Martí, hemos preparado una cesta de otoño para manipular, tocar, oler, hacer sonar, probar...



Se trata de una cesta de mimbre (en nuestro caso es de Ikea) llena de objetos naturales relacionados con el otoño. Nuestra cesta se divide en tres tipos de objetos.

En primer lugar, un domingo por la mañana cargamos a Martí en la mochila y fuimos a recoger elementos del bosque. Martí se lo pasó genial cogiendo piñas, palos, corteza, hojas... Creemos que es importante hacer partícipes a los niños de la creación de un material nuevo. Aunque nos pueda parecer que aún son muy pequeños o que no se enteran, se van quedando con cosillas y cuando ven esos objetos en casa ya no les son tan desconocidos. Así, los
primeros elementos de la cesta son sacados directamente del bosque. Buscamos piñas de diferentes tamaños y tipos (tenemos pendiente añadirle unas en forma de flor que crecen cerca de donde trabaja Aroha), pusimos un palo, varios trozos de corteza de diferentes tamaños (nos falta añadir corteza de alcornoque) y unas hojas de diferentes arboles. Para elegir las hojas buscamos algunas que no se rompieran con facilidad, así Martí puede jugar con ellas y no pone el comedor perdido de trocitos de hoja. 

En segundo lugar compramos unas frutas de otoño. Pusimos una naranja, una mandarina, una granada y un limón que teníamos en casa (si, el limón no es de otoño, pero como estaba en la nevera desde hacía mucho...) Esta parte de la cesta es la que hemos tenido que renovar más a menudo ya que Martí clava el diente en la naranja y en la mandarina y en un par o tres de días se ponen feas.

Finalmente, hemos puesto unos frutos secos con cáscara y unas calabazas decorativas. Hemos añadido nueces, unas castañas gigantes y unas almendras. Esta parte es la más delicada de la cesta, pero como Martí siempre juega con nuestra supervisión, si en un momento dado se pone toda
una almendra en la boca nosotras lo invitamos a sacársela, sobretodo porque nos da miedo que se pudiera atragantar (aunque es más nuestro miedo que el riesgo real). Tenemos pendiente conseguir unas calabaza secas, que seguro que a Martí le encantan.

Así pues, estos días Martí juega muy a menudo con su cesta. Se la ofrecemos casi cada día ya que le encanta manipular la fruta, la muerde, la hace rodar, la sigue... Coge las castañas y da golpes con ellas, se pone los frutos secos en la boca... Martí es un bebé bastante destructivo (las torres no duran más de dos segundos), así que también disfruta mucho vaciando la cesta. Va sacando los elementos uno a uno, algunos los tira sin ni mirarse-los y otros los coge y está mucho rato manipulándolos.

A la hora de ofrecerles este tipo de material es importante revisarlo antes de cada uso por si algún elemento se ha estropeado y es necesario remplazarlo. Ya os digo, nosotros tenemos que cambiar la mandarina y la naranja un par de veces por semana. Además es importante ir viendo cuales son las preferencias del niño. Se pueden ir añadiendo y quitando elementos en función del interés del bebé. Nosotras hemos ido añadiendo elementos y quitando algunos, los cuales vuelven a aparecer al cabo de unos días. Es importante no saturar la cesta demasiado, a veces es mejor poner 5 o 6 elementos a llenarla en exceso. Así el peque centra más su atención en los objetos que le presentas. 

Esperamos que os animéis a hacer una cesta de otoño con vuestros peques y colguéis las fotos con el hastag #dosmamisenconstruccion.

No hay comentarios:

Publicar un comentario