jueves, 5 de mayo de 2016

Histero qué?



Cuando éramos pequeñas nuestras famílias siempre nos habían dicho que la palabra más difícil del mundo era supercalifragilisticoespialidoso, y eso era por qué no se habían adentrado en el complicado mundo de la reproducción asistida.
Como ya hemos explicado anteriormente, después del chasco de Fecunmed, habíamos decidido cambiar de clínica, pero no sabemos muy bien por qué, íbamos aplazando el momento de pedir hora.
Mientras llegaba ese momento, decidimos que podíamos ir avanzando con las pruebas que todas las clínicas nos habían recomendado.  Para poder empezar el proceso nos habían pedido una analítica a ambas (eso en las clínicas que tienen protocolo para parejas homosexuales, las otras solo piden analítica de la madre gestante); la de Gina era sencilla (grupo y factor Rh, bioquímica y coagulación, serología para descartar enfermedades infecciosas…). La mía (Aroha) era algo más completa, ya que además incluía un estudio hormonal basal. Por eso tuve que hacérmela el tercer día del ciclo menstrual (se realiza un estudio de las  hormonas producidas por la hipófisis (FSH, LH) y por el ovario (estradiol y progesterona) cuyos niveles varían según el día de ciclo.). Ambas analíticas nos las hicimos a través de nuestros respectivos médicos de cabecera, y aunque mi doctora flipó con la de cosas que me pedían, me la programó sin ponerme ningún tipo de pega. Así nos ahorramos un dinerillo.
Otra de las pruebas que te aconsejan realizarte es una Histerosalpingografia; Qué, cómo os habéis quedado con la palabra? Intentad repetirla cinco veces seguidas sin ahogaros jejeje
Ésta es una prueba radiológica en la que se inyecta un contraste yodado a través del cuello del útero que permite ver la cavidad uterina así como la permeabilidad de las trompas, ya que una obstrucción impediría el proceso de fecundación.
Pues bien, después de pedir precio en varias clínicas, que rondaba los 150€, encontramos una página muy interesante que se llama Smartsalus (es una web donde se encuentran ofertas de diferentes tratamientos y pruebas médicas). Allí encontramos la Histerosalpingografia por 80€ en una clínica de Barcelona, así que compramos el vale y pedimos hora para la prueba.
El día de la “Histero”, llegamos a la clínica de radiología con tiempo y nerviosas. Después de pasar por el mostrador nos hicieron esperar en un pasillo lleno de sillas. Al poco, una enfermera muy simpática me hizo pasar sola a un cuartito donde había un pequeño lavabo y me indicó que me cambiara, poniéndome únicamente una de esas batas azulitas tan sexis que están abiertas por la espalda. Me hicieron pasar a la sala contigua donde había una camilla de radiografías sobre la que me coloqué en posición ginecológica (las chicas que estéis leyendo esto sabéis de sobra a qué postura me refiero y los chicos, mejor os ahorráis la imagen ya que no es muy sexi).

Pues bien, entró un doctor muy simpático que me explicó paso a paso todo lo que iba a hacer. Primero introdujo un pequeño tubo de plástico por el cuello del útero, al final del tubo había un balón de plástico que se hinchó para que el tubo no saliera de la cavidad uterina. Una vez colocado, empezó a introducir el contraste (un líquido tipo “Betadine”). Había leído que podía ser doloroso, incluso hay gente que toma analgésicos y valium antes de la prueba, yo no tomé nada, y no pretendo asustar a nadie que tenga que realizarse la prueba, ya que cada persona es diferente, pero el dolor fue bastante insoportable.
Y justo cuando un sudor frio empapaba mi frente y empezaba a marearme, oí a la enfermera decir:
-        No funciona!! He reiniciado dos veces el ordenador pero se ha colgado y no consigo arreglarlo!!
Os juro que se me hicieron eternos los minutos en los que el médico y la enfermera trasteaban la máquina de rayos y decidían que no podían arreglarla y que era mejor quitarme el tubo. Como el video que habían conseguido grabar se había quedado a medias, me dijeron que tenían que trasladarme a otra consulta y hacerme unas placas de rayos para comprobar que el contraste que me habían inyectado llegaba sin problema a los ovarios.
Así que ya me podéis ver a mí paseando por los pasillos de la clínica… (valeee exagero un poco!! solo tuve que trasladarme unos metros hasta la consulta de al lado), con una bata abierta enseñando el culo mientras me chorreaba líquido amarillo piernas para abajo. Pero esto no fue lo más surrealista, no!
Al estirarme en la nueva camilla metálica, la enfermera me explicó que para provocar que el contraste acabara el recorrido y debido a que no lo podían impulsar con el tubo, ya que me lo habían quitado para poder moverme, tenía que hacer la croqueta allí encima.
Os juro que fue el momento más surrealista que había vivido hasta entonces, yo dando vueltas sobre una camilla con una bata que no me seguía, quedándose enganchada, mientras chorreaba líquido…
Los médicos estuvieron valorando si las imágenes que habían conseguido capturar eran suficientes para comprobar que todo estaba bien o por su contra teníamos que repetir la prueba. Después de un rato, me dijeron que todo estaba correcto y que ya podía cambiarme.
Al salir nuevamente al pasillo encontré a Gina con cara de haber esperado una eternidad sin saber qué pasaba. Nos dieron el informe médico y pudimos volver a casa a descansar.
Para la gente que se tenga que someter a esta prueba, deciros que durante el resto del día tuve un dolor de ovarios considerable, pero soportable, nada que un ibuprofeno no pueda calmar. Por otro lado, estuve un par de días expulsando el contraste y manché un poco como si tuviera una regla muy ligera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario