viernes, 27 de mayo de 2016

Ahora sí que va de verdad


Cirh es, aparentemente, una pequeña clínica situada justo delante de la clínica Corachan de Barcelona, y decimos aparentemente, porqué cuenta con quirófanos, laboratorios e incluso banco propio de semen, óvulos y embriones, todo situado dentro de los edificios de la clínica Corachan.

Al llegar a nuestra visita, nerviosísimas como siempre, nos hicieron esperar unos minutos en la sala de espera. La verdad es que nos sentimos muy a gusto des del primer momento. El sitio era muy acogedor, el ambiente muy tranquilo y las instalaciones muy nuevas.

Por fin, llegamos a nuestra primera visita con la doctora Lattes. En ella le explicamos un poco nuestro caso y nuestras experiencias previas. Tras eso nos volvió a explicar el funcionamiento de la inseminación  y se miró nuestras pruebas. Tras revisar los resultados de estas y ver que todo estaba correcto, nos dijo que ellos también recomendaban hacer un estudio genético para descartar alteraciones genéticas como la fibrosis quística, pero como era una prueba muy cara y no teníamos antecedentes familiares ni partíamos de una situación de infertilidad, decidimos no hacer esta prueba.

Así pues, tras esta parte más “informativa”, empezamos a poner fechas para empezar con el primer intento. Suponemos que ya lo sabréis, y si no, para eso existe este blog jeje, para poder realizar un intento de inseminación hay que ajustarse al ciclo de cada mujer, ya que, de normal, las mujeres sólo se pueden quedar embarazadas  durante los 5 días previos a la ovulación y el día de esta.

El día en que te baja la menstruación empieza el nuevo ciclo y como Aroha es de ciclos muy regulares, preferimos empezar al mes siguiente, ya que faltaban muy pocos días para empezar el de este mes.

El 26 de noviembre, 6 días después de la primera visita, le bajó la regla. Llamamos a los pocos días y pedimos hora para el 22 de diciembre, día en el que volvía a empezar un nuevo ciclo. Tras hablar de fechas, la doctora Lattes nos comunicó que muy a su pesar no podría continuar con nuestro caso, ya que se iba de vacaciones de navidad a su país y estaría fuera un mes. Por lo que si seguíamos con las fechas previstas, el primer intento lo tendríamos que realizar con alguna de sus compañeras/os. Eso nos dio bastante pena, ya que la sensación que nos había transmitido la doctora había sido muy buena. Había sido muy clara en sus explicaciones y muy realista, nos habló de probabilidades, pero había sido muy atenta y correcta.

Así pues, el 22 de diciembre volvimos a nuestra segunda visita a CIRH. Esta vez con la doctora González. En esa visita, la doctora le hizo una ecografía a Aroha para comprobar la ovulación y tras ver que todo estaba correcto, nos explicó las opciones de estimulación ovárica  que teníamos:

En primer lugar, teníamos la opción de no hacer estimulación ovárica y por lo tanto jugar con un solo óvulo por ciclo. Esta era la opción más económica, pero la que te daba menos probabilidades de éxito.  

En segundo lugar, teníamos la opción de hacer estimulación ovárica mediante inyecciones. Esta medicación permite el control de la respuesta de tus ovarios. Te van haciendo ecografías y según tu reacción, el tratamiento se alargará más o menos y se subirán o bajaran las dosis para llegar al resultado esperado (obtener dos óvulos maduros). Este tratamiento tiene la ventaja que te asegura que como máximo generarás dos óvulos en un mismo ciclo, con lo que las probabilidades de cancelar el ciclo disminuyen mucho (en un post anterior ya os explicamos que para evitar embarazos múltiples sólo se realizan inseminaciones con un máximo de dos óvulos).  Pero tiene la desventaja de ser un  tratamiento muy caro (sobre los 300€) y además tener que pincharte a diario durante varios días (hay casos que llegan a ser hasta 18!). Este es el tratamiento más utilizado por las parejas que tienen problemas de fertilidad, ya que permite controlar la respuesta de tus ovarios en todo momento.

Y la tercera opción era mediante pastillas. Este tipo de estimulación consiste en tomar pastillas durante 5 días. El noveno día de ciclo y una vez finalizado el tratamiento de estimulación se hace una ecografía y se valora el efecto de la medicación. Esta tipo de estimulación tiene la desventaja de que no se puede controlar, sus resultados siempre se ven al finalizar, por lo que puede que el tratamiento no funcione y generes un solo folículo (bolsa donde se almacena el óvulo hasta su maduración y liberación), o por el contrario, puede que funcione demasiado y generes más de dos folículos, cosa que provocará la cancelación del ciclo. Por el contrario, como ventajas decir que, este tratamiento tiene un coste de 10€ por ciclo y solamente implica solo tomar unas pastillas.

Tras hablar largo y tendido con la doctora, decidimos que haríamos el tratamiento con pastillas. Este tratamiento está indicado para pacientes que no presentan problemas de fertilidad, y como en principio este era nuestro caso, pensamos que probaríamos a ver qué tal nos funcionaba a nosotras. Además, el hecho de no pagar por ciclo sino por inseminación, nos daba aún más motivos para probar este tipo de estimulación, ya que de este modo si la medicación no funcionaba solo perdíamos los 10€ de la medicación y un mes, en cambio sí funcionaba nos ahorrábamos un dinerillo y muchos pinchazos (Los que no nos conocéis personalmente, no conocéis el terror que le tiene Aroha a las agujas…) .

Así pues, terminamos la visita con los deberes de esperar al siguiente ciclo y empezar con Omifin el quinto día del ciclo menstrual y tomarlo hasta el día 9. Ese día teníamos que pedir hora para la tercera visita y ver si el tratamiento había funcionado o no.

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