Cuando te enteras de que estás embarazada, a no ser que
estés rodeada de madres recientes (algunas cosas de la época de nuestras madres
puede que hayan cambiado), no sabes muy bien qué es lo que tienes que hacer.
Normalmente te falta información sobre las pruebas que te van a hacer, o qué
profesionales médicos te van a visitar.
Pues bien, la primera cosa que debíamos decidir una vez
nos dieron el alta en la clínica de reproducción asistida, era dónde queríamos
hacer el seguimiento del embarazo, ya que si te lo puedes permitir, puedes
hacerlo a través de medicina privada o de mutua.
Nosotras, sin darle muchas vueltas, nos decidimos por la
sanidad pública por varias razones: primero porque el hospital que nos tocaba,
el Taulí de Sabadell, tenía buena fama en referencia a partos respetados,
lactancia materna, etc. Y lo tenemos a 3 calles de casa (es lo primero que
vemos al despertarnos y subir la persiana y lo último antes de acostarnos),
cosa muy práctica tanto para desplazarte a la hora de ponerte de parto (siempre
que te pille en casa) como para que Gina se acercara a casa a ducharse y
cambiarse una vez ingresados en él.
Por otro lado, si hacíamos el seguimiento del embarazo en
mi CAP (centro de salud) habitual, nos tocaba visitarnos con una comadrona de
la que habíamos oído hablar muy bien y que podía ayudarnos muchísimo con la
lactancia en caso de que nos generara dudas o problemas.
Y sí que es verdad que en la SS no te hacen tantas
ecografías como si vas por privado (a no ser que tengas algún problema durante
el embarazo y tengan que hacerte un seguimiento más exhaustivo), pero bajo
nuestra opinión, te hacen las pruebas necesarias para comprobar que todo va
bien.
Una vez decidido este tema, nos pusimos en contacto con
nuestro centro de salud, quien nos programó la primera visita con la comadrona.
En esta visita, se abre el expediente del embarazo, por lo que te piden algunos
datos, como antecedentes familiares, estilo de vida, antecedentes médicos…
También te pesan, miden, te toman la tensión,
te piden la fecha de tu última regla para calcular la fecha probable de
parto… con todo estos datos te hacen el carnet de la embarazada y te programan
las diferentes pruebas y visitas que hay que realizar en cada trimestre. A no
ser que existan problemas durante el embarazo nos visitaremos una vez al mes
con la comadrona y una vez al trimestre con el ginecólogo. En las últimas
semanas de embarazo las visitas serán semanales.
Para las que aún no hayáis pasado por este proceso,
explicaros que las pruebas rutinarias que nos realizarán durante el embarazo
son las siguientes (tened siempre presente que cada embarazada es distinta y
puede que necesite más o distintas pruebas; estas son las básicas):
En las visitas mensuales con la comadrona, nos pesaran,
controlaran la presión arterial y mirará piernas y pies para comprobar la
retención de líquido. También revisará los resultados de las analíticas y
análisis de orina, aunque el ginecólogo también los mirará cuando vayamos a su
consulta. Cuando el embarazo ya esté avanzado, escuchará el latido fetal con un
doppler, comprobará la posición del feto y nos medirá la barriga.
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Primer
trimestre: Se realizará un análisis de sangre donde se
comprobaran, entre otras muchas cosas, el factor RH. En
casos de embarazadas con RH negativo, se realizará el test de
Coombs, que consiste en comprobar que no se tiene anticuerpos +, ya que estos
podrían atacar las células sanguíneas del bebé. Si es negativo, se repetirá
cada 4 semanas hasta la semana 32. Si es positivo se tomaran medidas para que
el bebé no corra peligro.
También mirarán si somos
inmunes a la Toxoplasmosis, las personas que no tengan anticuerpos
tienen que tomar medidas preventivas, tales como evitar tocar heces de gato,
comer carne o embutidos poco hechos…Ya que si nos contagiáramos durante el
embarazo tendríamos que tomar antibióticos para evitar provocar riesgos al
feto.
Normalmente en la misma
visita se entregará una muestra de orina, con la que comprobaran el nivel de
proteínas (un nivel elevado puede indicar problemas del feto) y realizaran
cultivo para comprobar que no existen infecciones.
Hacia la semana 12 del
embarazo se realizará una ecografía vaginal. Con los resultados de esta
ecografía y con los de la analítica se realizará el triple screening. A través de una serie de
marcadores del feto (entre ellos la mida del pliegue nucal) y de valores
bioquímicos de la sangre de la madre, el ginecólogo comprobará si existe riesgo
elevado de anomalía cromosómica. Con esta prueba se pueden detectar
alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down, síndrome de Edwards y
el síndrome de Patau.
Aunque hay que tener en cuenta que no es una prueba diagnóstica; simplemente se
basa en un cálculo de probabilidades y en algunas ocasiones se dan falsos positivos
(alrededor del 5%). Si una vez realizada esta prueba, el resultado indica una
alta probabilidad, se recomienda someterse a una amniocentesis, una biopsia de
corion o a un test de sangre (este último es relativamente nuevo en nuestro
país, es algo caro, ya que ronda los 700€,
y no lo cubre la SS, pero no es invasivo).
En el caso de que esta fuera
la primera ecografía (si has pasado por una clínica de reproducción asistida la
primera eco será la que sirva para darte el alta, pero si el embarazo es de
forma natural la eco de la semana 12 será la primera) también comprobarán que
el feto está bien implantado, miraran cuantos embriones hay, el estado general
del útero y los ovarios….
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Segundo
trimestre: Si durante el primer trimestre de embarazo todo ha transcurrido
con normalidad, en la semana 20 se volverá a realizar otra ecografía, esta vez
ya será por vía abdominal. Esta ecografía se denomina morfológica, ya que al
estar el feto formado se puede ver su anatomía y detectar malformaciones, si
este fuera el caso (no entraremos a debate si es ético o no, o si estamos de
acuerdo o no, simplemente lo ponemos a nivel informativo) se podría proceder a
una interrupción voluntaria del embarazo, ya que la ley lo ampara hasta la
semana 22 como máximo.
En esta ecografía nos podrán decir el sexo del bebé, a no
ser que el feto este en una postura que no lo permita. Nosotras la tuvimos que
repetir dos veces, debido a que el feto estaba en una mala posición y el
ginecólogo no podia tomar bien las medidas ni observar a fondo algunas partes del
cuerpo.
Al igual que en el primer trimestre, en este también se
realizará una analítica de sangre donde se volverá a comprobar hemograma,
toxoplasmosis, el nivel de hierro en sangre (Ferritina)… Paralelamente, el mismo día de la analítica, se realizará una prueba para comprobar que los niveles de
glucosa están controlados, esta prueba se denomina el Test de O’Sullivan. Esta prueba se hará entre la semana 24 y 28 de gestación. En el caso de que la embarazada tenga antecedentes
familiares de diabetes, la haya tenido en embarazos anteriores, tenga más de 35
años,… seguramente se le realizará esta prueba cada trimestre (depende del
protocolo del centro).
La prueba consiste en beberte un líquido, normalmente te
lo dan fresquito y con sabor naranja o limón, que contiene 50g de glucosa. La
solución te la tienes que beber, al ser posible, en menos de 15 minutos, y
luego esperarte una hora sentada en la sala de espera. Una vez transcurrido el
tiempo te realizan una analítica normal.
Si al analizar la muestra de sangre, en ella hay una alta
cantidad de glucosa en sangre (= o > a 140mg/dl) hay posibilidad de padecer
diabetes gestacional, por lo que hay que realizarse otro test comúnmente
conocido como la “curva larga”.
Durante los tres días previos a esta prueba deberás seguir una dieta de 2.100 calorías. La prueba es igual que la anterior, con la única diferencia que esta vez la bebida contendrá 100g de glucosa y que en vez de un pinchazo te realizaran 4 extracciones de sangre, una a cada hora posterior a la ingesta de la solución. Si al analizar las muestras de sangre sigue saliendo positivo, indicará que padeces diabetes gestacional y deberás seguir una dieta bastante restrictiva durante el resto del embarazo, o incluso en algunos casos, administrar insulina. Normalmente este tipo de diabetes desaparece después de dar a luz.
Durante los tres días previos a esta prueba deberás seguir una dieta de 2.100 calorías. La prueba es igual que la anterior, con la única diferencia que esta vez la bebida contendrá 100g de glucosa y que en vez de un pinchazo te realizaran 4 extracciones de sangre, una a cada hora posterior a la ingesta de la solución. Si al analizar las muestras de sangre sigue saliendo positivo, indicará que padeces diabetes gestacional y deberás seguir una dieta bastante restrictiva durante el resto del embarazo, o incluso en algunos casos, administrar insulina. Normalmente este tipo de diabetes desaparece después de dar a luz.
Yo tuve la mala suerte de que perdieron mi muestra de
sangre por lo que tuve que realizar la prueba dos veces, y tengo que decir que
el líquido aunque no está nada bueno es bastante soportable. Mi truco en la
segunda prueba fue beberme toda la solución de un solo trago!!
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Tercer trimestre: Una vez
llegamos al tercer trimestre, entre la semana 30 y 35 nos realizaran la última
ecografía de control. En ella el ginecólogo comprobará la cantidad de líquido
amniótico, el crecimiento y la posición del feto, el estado de la placenta...
Volverán a realizarnos analítica de sangre, donde
comprobarán los parámetros mencionados anteriormente (toxoplasmosis,
colesterol, ferritina, hemograma, RH, hepatitis B y C….). En la semana 37, si
aún no nos hemos puesto de parto, nos harán un cultivo vagino rectal para
detectar si somos portadoras del estreptococo agalactiae. Esta prueba consiste
en frotar un palo con algodón (como los palitos de limpiar las orejas) por la
vagina y el recto. Si somos portadoras de esta bacteria nos tendrán que
administrar antibióticos por vía durante el parto, ya que aunque para nosotros
no comporta ningún riesgo, puede provocar graves infecciones en el recién
nacido, que puede contagiarse a su paso por el canal de parto.
A partir de las últimas semanas de embarazo, entre la 38 y el parto, las visitas
serán semanales. En ellas se realizará la monitorización fetal, comunmente llamada "prueba de las correas". Esta consiste en colocar unos sensores que detectan el latido del bebé y si la madre tiene contracciones. Así se va controlando el bienestar del pequeño, así como la evolución de los últimos días de embarazo. Este control no suele durar más de 30 minutos. En algunos casos, que no fue el mío, se realizan tactos para
comprobar cómo está el cuello del útero.
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